Granma Diario
20 de abril de 2006

Operación Fangio

Antonio Mandiola, presidente de la fundación que lleva el nombre del célebre automovilista argentino, ponderó el libro de Arnol Rodríguez

RAFAEL PÉREZ VALDÉS

La habitación 810 del hotel Lincoln suele permanecer sin huéspedes. Y no por un misterio: fue convertida en Museo, pues allí se alojó el automovilista argentino Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón mundial, cuando fue secuestrado en el lobby la noche del 23 de febrero de 1958 por un grupo del Movimiento 26 de Julio (M-26-7).

Hace pocos días se alojó en ella Antonio Mandiola, presidente de la Fundación que lleva el nombre del célebre piloto (fallecido en 1995), quien viajó a Cuba para asistir a una de las presentaciones de la obra Operación Fangio, escrita con entusiasmo y dedicación por Arnol Rodríguez, entonces Jefe de Propaganda del M-26-7 en la capital, y jefe del comando encargado de la devolución del argentino.

El libro, detengámonos un momento, fue una idea, de Faustino Pérez, quien fuera el Jefe del 26 en la capital, consta de siete capítulos, poco más de 250 páginas, incluido valioso material fotográfico, y es el fruto no solo de vivencias de primera mano de los hechos, sino de una larga y cuidadosa investigación. Entre sus logros muestra "Cómo y por qué secuestramos a Fangio"; el trato cortés del grupo y las buenas relaciones mantenidas (incluso hasta 1995); la necesidad del operativo y su amplia repercusión...

Mandiola, y su esposa, Liliana Moschetto, nos aclaran una duda: no temieron mala suerte alguna en alojarse en la 810, aunque sí perdieron el sueño: "Habíamos sido invitados por un amigo como es Arnol Rodríguez y estar en un lugar absolutamente nuevo, el hecho de representar a Fangio, y en un hecho absolutamente cultural y trascendente para uno de sus antiguos secuestradores, como era presentar el libro contando la realidad de los hechos, nos impedía dormir."

Funge como presidente desde 1997, puesto en el que estuvieron antes Juan Manuel Bordeu, el ingeniero Barragán, quien ahora es el director del Museo, inaugurado en 1986, "el cual ha adquirido una enorme importancia".

La Fundación es "una entidad sin fines de lucro, nuestra actividad es absolutamente altruista, la hacemos por vocación. Fue creada en nuestro país por Fangio para proteger, preservar, en lo posible acrecentar, su patrimonio deportivo". Los fondos provienen del valor de las entradas (a precios módicos), y el apoyo de algunas empresas, además de una gran economía en la administración.

¿Por qué fue tan grande Fangio?, le preguntamos.

Cree que fue porque se desarrolló en una humilde familia de inmigrantes con mucho trabajo, y con unos valores familiares, humanos; el padre era albañil, y la madre bordaba, cosía...

"En esa cuna de valores se formó Fangio, que son los valores que a nosotros nos interesa transmitir a la juventud de nuestro pueblo, y, bueno, sin ser demasiado ambiciosos, a aquellos pueblos que necesitan sus jóvenes permanezcan en esa escala de valores. Él se forjó en la vida con muchísimo trabajo, con humildad, sencillez, coraje, y muchísima pasión. Es la misma pasión que hemos descubierto estos días en cada uno de los cubanos con los que hemos hablado."

¿Qué pensaba Fangio del secuestro? "Nos transmitió exactamente lo que dijo el día que lo liberaron sus secuestradores: que si esto era por una causa importante, él, como argentino, estaba de acuerdo. Creo que comprendió algunas necesidades de sus captores y aceptó con absoluta hidalguía su buen trato, el cariño que le profesaron."

Esas cosas se explican muy bien en el libro Operación Fangio, de la Editorial Ciencias Sociales.