El Nuevo Herald
Dec. 13, 2004

Una red ayuda a desertar a los médicos cubanos en Venezuela

CASTO OCANDO
Especial para El Nuevo Herald

Una compleja y creciente red de contactos secretos en Venezuela está funcionando como el principal conducto de deserción para cientos de doctores cubanos que trabajan en el país suramericano bajo el convenio de asistencia médica establecido entre La Habana y Caracas conocido como Misión Barrio Adentro.

La red incluye organizaciones opositoras, familias voluntarias en una decena de estados venezolanos, activistas cristianos y hasta funcionarios diplomáticos latinoamericanos, confirmó El Nuevo Herald.

También abarca familiares y personas relacionadas en Cuba de los médicos seleccionados por La Habana para participar en el programa patrocinado por el gobierno de Hugo Chávez, como parte del pago de los 53,000 barriles de petróleo que Venezuela envía diariamente a la isla.

En el llamado Proyecto Barrio Afuera, designado así para contrastar con el plan oficial, actúa también la organización de Miami Solidaridad Sin Fronteras (SSF), que presta ayuda humanitaria a los médicos cubanos que han manifestado su intención de desertar.

''Cada vez tenemos más casos de médicos cubanos que buscan la libertad y solicitan ayuda para escapar de Venezuela'', sostuvo Julio César Alfonso, directivo de SSF y uno de los principales disidentes del Grupo 14 de Junio en Cuba.

Alfonso sostiene que de los 13,000 galenos cubanos activos en Venezuela, cerca de un millar ha desertado, y están escondidos en casas especiales y bajo protección de familias, o han logrado salir de territorio venezolano por tierra o mar.

Altos funcionarios del gobierno venezolano han negado que se estén produciendo deserciones masivas en la misión, indicando que han invitado a grupos internacionales de expertos para constatar la presencia de los doctores cubanos en consultorios populares de todo el país.

''La presencia de los médicos cubanos en el territorio venezolano es indiscutible'', dijo el ministro de Salud y Desarrollo Social, Francisco Armada, quien lamentó el ataque al ''trabajo solidario entre Cuba y Venezuela, el cual tiene como meta garantizar el derecho a la salud del pueblo venezolano'', según un despacho oficial.

Armada dijo que en el programa participan también médicos, enfermeros y técnicos venezolanos, calculando un total de 18,000 personas en la misión entre cubanos y venezolanos.

Pero las deserciones han generado crecientes medidas de seguridad no sólo por parte de efectivos de la Seguridad del Estado del régimen de Fidel Castro que mantienen un estricto control de las actividades de cada médico, sino también de agentes de la Disip, la policía política del régimen chavista, que custodia los centros operativos controlados por los cubanos en cada capital de estado donde funciona el programa Barrio Adentro.

''Muchos médicos se han visto sometidos a fuertes presiones de vigilancia, pero aún así han logrado desertar'', dijo Alfredo Melgar, activista de SSF.

''Te controlan las salidas, no te permiten el acceso a la internet, y está expresamente prohibido hablar telefónicamente con personas en Estados Unidos'', afirmó el médico Héctor Alvarez, que desertó el año pasado pero logró entrar a Estados Unidos en julio del 2004 tras una larga odisea.

Llegado a Caracas el 18 de octubre del 2003, Alvarez, de 45 años, trabajó durante dos meses en el barrio La Lucha, de Boleíta, hasta que decidió escapar junto a otro compañero el pasado 19 de diciembre.

Doce horas después de desertar, arribó a Cúcuta, Colombia, a escasos minutos del estado venezolano de Táchira, donde sintió ''por primera vez'' en su vida ``la sensación de ser libre''.

Este experto en emergencias médicas se vio obligado a regresar a Caracas, luego de intentos infructuosos para buscar un tercer país de asilo. Comenzó a buscar apoyo de organizaciones, incluyendo la oficina de refugiados de Naciones Unidas en Caracas, que le ``negó la ayuda''.

Gracias a la red de contactos, pudo salir del país rumbo a México, pero problemas inmigratorios lo obligaron a regresar nuevamente a Venezuela. La tercera vez salió gracias a la ayuda de amigos y ex pacientes suyos en Haití, donde había trabajado en una ocasión como médico internacionalista.

''No puedo decirte cómo, pero gracias a ellos pude llegar a Miami'', indicó Alvarez, que actualmente reside en la zona de Westchester, en el suroeste de la ciudad.

De acuerdo con SSF, entre enero y octubre de este año, se registraron unos 40 casos de profesionales que burlaron la vigilancia y llegaron a Estados Unidos utilizando una diversidad de medios de escape y transporte, casi todos ellos a través de la frontera de México con California.

Pero todavía hay un número desconocido que se mantiene oculto en países de tránsito, o que quiere mantenerse anónimo en Estados Unidos para evitar represalias contra familiares en la isla.

''Cuando me llegó el momento de desertar me fui hasta Caracas y luego estuve escondida por una semana hasta que logré salir'', contó Zoe Núñez, una dentista de 53 años que trabajaba en el Municipio Montecarmelo, en el estado Trujillo, en la región andina cercana a la frontera con Colombia.

Núñez no detalló la forma en que salió de Venezuela, pero sí dijo que llegó a México haciendo varias conexiones, y se trasladó a la frontera con Estados Unidos en un autobús, y se entregó ``en la frontera''.

La profesional estuvo detenida una semana y recibió un parole que le permitió venir a Miami, donde reside en la actualidad.

El médico internista Alexis Pérez, de 46 años, recibió asilo político en Barcelona, España, con el apoyo de familiares residentes en Miami y conexiones de la red.

''Fue toda una aventura llegar hasta aquí, pero no puedo darte detalles'', dijo Pérez a El Nuevo Herald desde Barcelona.

Otros han optado por quedarse en Colombia tras cruzar la frontera con Venezuela. Guillermo Sánchez, de 48 años, trabajó varios meses en un barrio de la ciudad de Cumaná, en el estado Sucre, hasta que aprovechando un tiempo libre salió rumbo a Caracas. Permaneció allí varios días hasta que se dirigió a San Antonio del Táchira para cruzar la frontera rumbo a Cúcuta. Ahora trata de establecerse en Bogotá.