El Nuevo Herald
Mon, Jul. 04, 2005

Político legendario ve el futuro con fe

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Sus recuerdos repasan la historia cubana con la pasión y la sabiduría de quien
ha sido un protagonista de primera línea. Fue fundador de dos partidos
políticos que marcaron definitivamente los destinos de la Cuba republicana,
compartió de tú a tú con las principales figuras de la vida nacional, fue
arrestado 32 veces por sus convicciones y tomó el camino del exilio cuando el
régimen de Fidel Castro comenzó a sepultar las libertades democráticas por las
que él había luchado desde su juventud.

Emilio ''Millo'' Ochoa, el único de los 81 asambleístas de la Constitución de
1940 que queda vivo, arriba hoy a los 98 años con lucidez suficiente para
repasar el pasado y vislumbrar el futuro de la isla. Habla todavía con
intensidad sorprendente, lanza chistes irónicos sobre sí mismo y se aventura a
pronosticar una Cuba donde el afán de justicia destierre todos los odios
acumulados por medio siglo de inconstitucionalidad.

''Tengo mucha fe en la Cuba del futuro y en la unión de los cubanos buenos de
allá y de acá [el exilio]'', consideró Ochoa en entrevista con El Nuevo
Herald. ``Creo que nos vamos a olvidar de los odios y las cuentas pendientes
cuando Castro ya no esté en el poder''.

Nacido en Holguín en 1907, criado en un hogar pobre junto a otros seis
hermanos, ''Millo'' trabajó en su juventud como despalillador de tabaco, pero
nunca abandonó los estudios. Cumplió el bachillerato en Santiago de Cuba y en
1937 terminó la carrera de Estomatología, ayudado monetariamente por amigos de
sus tempranas luchas políticas contra el régimen de Gerardo Machado (1925-
1933).

''Entre Antonio Rodríguez Fuentes y Enrique Machado me pagaron los estudios'',
recordó. ``Mi familia era muy pobre y cuando me gradué de dentista me fui a
ejercer la profesión a los montes, porque no tenía dinero para poner un
gabinete''.

Para entonces Ochoa figuraba entre los líderes del Partido Revolucionario
Cubano (Auténtico), que en 1939 lo llevó a la candidatura para la asamblea
constituyente. Los delegados electos en representación de once partidos,
promulgaron la nueva Constitución el 5 de junio de 1940.

''Fueron tres meses de discusiones fuertes, pero respetuosas'', rememoró.
``Trabajaba todas las horas del día, dormía poco, pero hoy sigo orgulloso de
esa Constitución que tomó en cuenta a todas las tendencias, incluyendo a los
comunistas, y que ha sido más democrática y beneficiosa para el pueblo cubano
que todas las leyes promulgadas después por Fidel Castro''.

Ochoa fue senador entre 1940 y 1948. Inconforme con la corrupción
gubernamental y los desmanes de antiguos colegas del autenticismo, fundó en
1947 el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), liderado por Eduardo Chibás y
con Castro en sus filas.

''La corrupción dio al traste con la Constitución de 1940'', reflexionó Ochoa.
``Los auténticos desprestigiaron el gobierno de Carlos Prío [1948-1952] y eso
le abrió las puertas al golpe de [Fulgencio] Batista en 1952''.

Pero Ochoa insiste en que el peor daño para la sociedad cubana estaba aún por
ocurrir, con una sociedad obnubilada por las promesas de Castro.

''Los cubanos tenemos el defecto de ser muy crédulos; le creemos a cualquier
títere o farsante que se ponga a hablar en una emisora de radio o una
tribuna'', expresó Ochoa. ``Fidel Castro nunca respetó la Constitución en la
que se apoyó para llegar al poder. Es verdad que otros gobiernos la
irrespetaron y la violaron, pero nunca cometieron los atropellos que Castro ha
cometido''.

Para él, la revolución de Castro ``no tuvo una raíz comunista, sino
gansteril''.

Ochoa llegó al exilio con 53 años. Ha sido taxista por una década en Miami,
profesor de Español en Nebraska y en Chicago, mensajero de una compañía de
bienes raíces. Ultimamente se ha desempeñado como oficinista, por cuatro horas
diarias, en el Departamento de Niños y Familia, ``en uno de esos puestos que
nos dan a los viejos para no aburrirnos en la casa''.

''Nunca tuve en Cuba un centavo, nunca me enriquecí como político, y aquí en
el exilio sigo siendo pobre'', manifestó Ochoa, que reside junto a su actual
esposa, Martha Herrera, en un apartamento para personas de bajos ingresos en
el suroeste de Miami. La pareja contrajo matrimonio en 1986.

Sus viejos amigos y conocidos reconocen la integridad mantenida por Ochoa en
Cuba y en el exilio.

''Nunca vi un político más desinteresado y luchador en Cuba'', afirmó el
periodista y abogado Salvador Lew, ex director de Radio y TV Martí.

Para el activista Bernardo Benes, Ochoa fue ''la persona más digna que tuvo la
historia democrática en Cuba hasta 1948, cuando se produjo la última elección
democrática'' en la isla.

Ochoa ironiza con las pretensiones políticas de los cubanos. ``En Cuba cada
ciudadano, hasta el más ignorante, tenía un plan para la solución del país.
Aquí hace un año fui a un acto donde había como 15 aspirantes a presidente y
yo les dije: Caballeros, no se apuren que yo también aspiro, pero a la
presidencia del Centro Gallego''.

¿Y cómo cree que debe conducirse el cambio democrático en Cuba sin Castro?

``Convocar de inmediato a una asamblea constituyente con amplios sectores,
devolver la religión a las escuelas y mantener el servicio militar
obligatorio. Se debe retomar la Constitución de 1940 y hacerle las enmiendas
necesarias''.

¿Mantendría al Partido Comunista en la vida pública?

``Sí, definitivamente''.

¿Cómo aplicar la justicia?

``Debe actuarse contra quienes hayan cometido actos sangrientos bajo el
castrismo. No debe perseguirse a quienes no hayan delinquido. Lo más
importante va a ser lograr la unidad de todos los cubanos''.

Imagínese por un momento en la presidencia...

``No, imposible''.

Piense que es un sueño.

``No, mejor pongo a soñar a otro''.

¿Cuál es la clave para mantenerse en pie a los 98 años?

``Nunca fumé ni tomé bebidas alcohólicas. Creo que no he hecho muchas cosas
malas en esta vida''.