El Nuevo Herald
October 12, 1998
 
Cuatro personas viven de cada `jinetera'

 La Habana --(AFP)-- Al menos cuatro personas viven en La Habana a
 expensas de cada ``jinetera'' (prostituta), que actualmente son el blanco
 de una ofensiva para evitar su proliferación, según trascendió en un
 reciente encuentro de la Comisión Nacional de Prevención y Atención
 Social.

 ``Hoy nos pasa que el proceso legal se demora demasiado, y no está en
 correspondencia con la cantidad de proxenetas que tenemos en la calle'',
 dijo el primer secretario del gobernante Partido Comunista (PCC) en
 Ciudad de La Habana, Esteban Lazo, citado por el semanario Juventud
 Rebelde.

 Agregó que ``el 60 por ciento de las prostitutas tienen uno o varios
 [proxenetas], y mientras no actuemos con energía contra todos los que
 se aprovechan de la prostitución, `el marido', el botero [taxista privado],
 el dueño de la casa de cita, los padres que incitan a la práctica, no
 acabaremos con el fenómeno''.

 La Habana, además de ser la capital cubana, es uno de los mayores
 polos turísticos del país, lo que provoca la mayor concentración de
 prostitutas en busca de oportunidades.

 El famoso balneario de Varadero, 150 kilómetros al este de La Habana,
 fue ``limpiado'' hace dos años de prostitutas, pues la inmensa mayoría no
 eran residentes en el lugar, y fueron devueltas a sus provincias de origen.

 La prostitución no está penada por las leyes cubanas, aunque sí lo están
 todas las actividades asociadas a ella, cuyas condenas fueron
 endurecidas recientemente en el código penal.

 ``Con el proxeneta, que muchas veces trae a las muchachas de
 provincia, hay que pecar por exceso, porque va acabar con nosotros,
 con la revolución, si no damos un escarmiento'', dijo Lazo en la reunión.

 Añadió que ``si queremos cortar por lo sano debemos ser enérgicos, y
 cuando las medidas sean ejemplarizantes esos bandidos no vienen más''.

 Los participantes en la reunión estuvieron de acuerdo en que, aunque el
 enfrentamiento policial a ese tipo de delito debe ser mayor, otros
 sectores de la sociedad deben también participar.

 ``No podemos llenar al país de policías y la solución definitiva no será
 represiva, pero tenemos conciencia de que hemos estado durante mucho
 tiempo persuadiendo y ya hay síntomas de cierto irrespeto, de burla a la
 ley que no podemos permitir'', dijo Lazo.
 

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