El Nuevo Herald
Mar. 12, 2002

Ocaso de la política tradicional en Colombia

                       JOSE LUIS VARELA / AFP
                       BOGOTA

                       El más grande revés jamás sufrido padecieron los grandes partidos
                       políticos colombianos, el liberal y el conservador, con las elecciones
                       legislativas del domingo, al perder en favor de figuras
                       independientes la mayoría que ostentaban en el Congreso, un
                       resultado que podría impulsar definitivamente al derechista Alvaro
                       Uribe en su aspiración presidencial.

                       Los liberales, a pesar de continuar como la mayor fuerza
                       parlamentaria, sufrieron un fuerte retroceso en el Senado, pues
                       pasaron de 56 bancas en 1998 a apenas 30 en la jornada del
                       domingo, con un 95 por ciento de votos escrutados.

                       Los conservadores, del presidente Andrés Pastrana, también perdieron curules, pasando de 17 a 13,
                       un resultado que cobró la cabeza del director de esa colectividad, Carlos Holguín, quien renunció
                       apenas conocidos los resultados.

                       El resto de los escaños en la cámara alta está repartido entre un puñado de agrupaciones
                       independientes, indigenistas y diferentes coaliciones cuya tendencia, de cara a las elecciones
                       presidenciales del próximo 26 de mayo, es incierta. Por lo tanto, en los próximos días se podrían
                       producir adhesiones de estos congresistas electos a uno u otro candidato presidencial.

                       El espacio dejado por la caída de los partidos tradicionales ha sido ocupado por figuras
                       independientes, varias de ellas --por lo menos las más importantes-- asociadas a la figura de Alvaro
                       Uribe, un político de derecha que en las últimas encuestas presidenciales se acerca al 60 por ciento
                       en la intención de voto, un hecho inédito en el país.

                       Uribe tenía poco que perder en la elección del domingo y sí mucho qué ganar, pues dio apoyo expreso
                       apenas a una quincena de candidatos, con lo cual, de haber obtenido un magro resultado no se
                       hubiera visto afectado.

                       Pero el resultado para él fue mejor de lo esperado: el ex alcalde de Medellín, Luis Alfredo Ramos,
                       quien obtuvo la más alta votación en el Senado, adhirió a su candidatura presidencial el sábado.
                       También Uribe es respaldado por Germán Vargas Lleras, tercero en la votación, y podría recibir la
                       adhesión en próximos días de Samuel Moreno, cuarto en el voto en el Senado.

                       En la Cámara baja, el ex militar Jaime Canal, quien obtuvo la mayor votación a nivel nacional, también
                       respalda las tesis de Uribe.

                       El panorama se ha complicado en cambio para el candidato liberal Horacio Serpa, quien contaba con
                       estas elecciones para recomponer una base de apoyo, objetivo que no alcanzó.

                       Ayer, Serpa reconoció que dentro del Partido Liberal hay fuerzas que lo apoyan a él pero igualmente
                       hay otras que respaldan a Uribe e inclusive a otros candidatos como la independiente Noemí Sanín y
                       el izquierdista Luis Eduardo Garzón. Serpa indicó que tiene el apoyo de 30 de los senadores
                       escogidos.

                       Por su parte Uribe señaló tener el apoyo de 27 senadores, pero indicó que otros 18 podrían sumarse
                       a sus filas en los próximos días, lo que le acercaría a la mayoría simple del Congreso.

                       Para la analista independiente María Isabel Rueda, ``el Partido Liberal sigue siendo una gran fuerza
                       parlamentaria, que se ha visto mermada frente a un fenómeno que consiste en que Alvaro Uribe sacó
                       las mayores votaciones''.

                       ''Creo que [la elección] es una gran derrota para el oficialismo, pero indudablemente el nuevo
                       gobierno de Uribe tendría que contar con que el oficialismo sigue siendo una gran fuerza
                       parlamentaria'', indicó.

                       Por su parte, el ex canciller y analista Rodrigo Pardo indicó que en la elección legislativa ``los
                       fenómenos más llamativos tienden a identificarse con la candidatura de Alvaro Uribe, el gran puntero
                       en las encuestas en materia presidencial''.

                       Los comicios se celebraron en relativa calma a pesar de desarrollarse en medio de una difícil
                       coyuntura de violencia política que se ha intensificado desde el 20 de febrero, cuando el gobierno y
                       las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rompieron el proceso de paz que
                       llevaban a cabo desde hacía tres años.

                       El gobierno hizo múltiples advertencias sobre la posibilidad de que las FARC sabotearan la elección,
                       pero esta agrupación mantuvo su posición tradicional de respetar los comicios, realizando solamente
                       algunos actos de hostigamiento en sus zonas de influencia.

                       El gobierno también quiso hacer de la participación electoral un plebiscito para demostrar el
                       compromiso de los ciudadanos contra los violentos, pero la votación, de más de 10.2 millones de
                       personas, arroja una abstención de 57 por ciento, muy similar a la de la elección de hace cuatro años.