El Nuevo Herald
21 de febrero de 2001

Colombia: Washington ve inevitable negociar con los paramilitares

GERARDO REYES
El Nuevo Herald

Tarde o temprano el gobierno de Colombia tendrá que sentarse a hablar con los grupos
paramilitares como lo hizo con los guerrilleros, dijo el subsecretario de Estado para el
hemisferio Occidental, Peter Romero.

``Yo no veo ninguna fórmula que se pueda lograr dentro de los parámetros colombianos
sin hablar con los paramilitares'', afirmó Romero a El Nuevo Herald. ``Tarde o temprano
hay que hacerlo''.

Los términos en los cuales se debe hacer el acercamiento a los grupos de autodefensa,
dependen del gobierno colombiano, agregó el funcionario.

La declaración de Romero concretó en forma definitiva una posición que había sido
tímidamente planteada por el gobierno de Estados Unidos en otras oportunidades.

El tema lo puso en el tapete el año pasado el director de la oficina de asuntos
andinos del Departamento de Estado, Phillip Chicola, cuando sugirió que el
gobieno de Colombia no debía descartar esa opción.

Romero fue más categórico: ``Yo no veo ninguna forma exitosa [en el proceso de
paz de Colombia] sin hablar con ellos'', dijo.

Bajo el mando de Carlos Castaño, los grupos de autodefensa fueron
responsables de 75 masacres entre enero y octubre del 2000, según un informe
de la vicepresidencia de Colombia dado a conocer este mes. De acuerdo con las
estadísticas oficiales sobre masacres, la guerrilla mató a 164 civiles el año
pasado mientras que los paramilitares fueron responsables de la muerte de 507
personas.

A la pregunta de si para Estados Unidos no resulta un mensaje contradictorio
recomendar al gobierno de Colombia negociar con personas a quienes ambos
gobiernos consideran narcotraficantes, criminales y violadores de derechos
humanos, Romero respondió:

``Nosotros vemos a las FARC como narcotraficantes y criminales también, pero
hay que hablar con ellos porque tienen las armas''.

Romero expresó su preocupación por el crecimiento del paramilitarismo en
Colombia, un ejército privado de 8,000 hombres que, según los gobiernos de
ambos países, representa el mayor obstáculo para la paz.

``Es muy preocupante y hay que romper los vínculos entre los militares y los
paramilitares porque todo el mundo quiere que los militares cumplan su deber y
no dejar el campo a los paramilitares, porque ellos juegan sucio'', explicó. ``Pero
eso no quiere decir que los militares no pueden pelear ni mucho menos''.

Romero dijo que durante los dos últimos años las FARC no ha dado razones que
le permitan confiar en en su disposición de ``negociar en serio''. El gobierno de
Estados Unidos tiene puestas sus esperanzas en que el ritmo de erradicación
de cultivos ilícitos en el área del departamento de Putumayo dismimuya
sustancialmente su principal fuente de financiación: la cocaína.