El Nuevo Herald
November 1, 1998
 
Presidencia colombiana `fue víctimade brujería'

 GERARDO REYES
 El Nuevo Herald

 La ex primera dama de Colombia Jacquin Strouss reveló la semana
 pasada un secreto que mantuvo durante largo tiempo: el palacio
 presidencial fue objeto de una acto de brujería.

 Alguien puso en varios lugares de la Casa de Nariño unas bolsitas negras
 en forma de mariposa que tenían en su interior dientes, tierra, pelos, un
 dólar partido por la mitad y medallas de San Benito patas arriba, dijo la
 señora del presidente Ernesto Samper a la revista Semana en vísperas de
 Halloween.

 Asombrados por el extraño descubrimiento, el Presidente y su esposa
 pidieron al capellán de palacio, Guillermo Melguizo, que hiciera una
 oración de exorcismo, a lo cual el sacerdote accedió.

 En Colombia nunca se supo el significado que tenían los objetos
 encontrados en las bolsas. En Miami, sin embargo, ya hay varios
 expertos que tienen una idea, y uno de ellos dice que el exorcismo no
 sirve.

 Rigoberto Zamora, veterano practicante y estudioso de las religiones
 afrocubanas de Miami, dijo a El Nuevo Herald que los objetos
 encontrados son implementos usados en la religión Palo Mayombe para
 hacer daño a la gente. En este caso, dijo el santero, a todo el país.

 La tierra, según Zamora, es la representación de Colombia; el diente
 significa la muerte; el dólar partido es un conjura para que la economía se
 vaya a la quiebra; el pelo es la energía de la gente, y las medallas son
 para que el pueblo se rebele.

 ``Todo eso combinado, metido en una bolsa negra, es para crear el
 caos'', explicó Zamora. Pero lo más grave es que el exorcismo no
 funciona para acabar con estos hechizos, agregó.

 ``La brujería sólo se rompe con otra brujería''.

 Así que Zamora recomendó al presidente Andrés Pastrana, el nuevo
 inquilino de la casa presidencial, y de quien se dice que es bastante
 supersticioso, que contrate un brujo, ojalá un `palero' o practicante de la
 religión Palo Mayombe, para que se rompa el hechizo siguiendo estos
 pasos:

    Hacer en el piso de la habitación donde se encontraron las bolsas lo
 que se conoce como una ``firma'', o dibujos con flechas y figuras
 alegóricas de animales.

 Pastrana, quien asumió el cargo en agosto, no ha comentado el
 espeluznante relato de la esposa del ex presidente, ni tampoco ha dicho
 si los recientes y costosos arreglos que se le hicieron a la casa en la que
 Samper pasó los peores años de su vida tenían como objetivo, entre
 otras cosas, borrar el rastro de cualquier conjura.

 Las bolsas con los extraños objetos fueron descubiertas, según la ex
 primera dama, por una bruja de la ciudad de Pereira que fue invitada a la
 casa presidencial luego de que le comentó a una amigo de Samper que
 ella estaba segura de que al Presidente le estaban haciendo brujería.

 ``La pitonisa viajó un fin de semana a Bogotá'', dice la revista. ``Fue así
 como descubrió que había en la antesala del despacho presidencial, en el
 propio despacho y en el escritorio de la secretaria privada, unas bolsitas
 negras''.

 En su recorrido, la bruja pereirana logró, según Semana, identificar a la
 persona que las había puesto.

 ``La persona que se sienta aquí es la que está dejando esas bolsas'', dijo
 la bruja. Era el escritorio de una secretaria que fue inmediatamente
 despedida.

 En Palacio se rumoraba que la secretaria, según Semana, era amiga de
 Elizabeth Montoya de Sarría, una acaudalada coleccionista de diamantes
 vinculada al narcotráfico y que apareció muerta en febrero de 1995 en
 un apartamento de Bogotá en el que vivían dos santeros cubanos.

 Montoya, más conocida como la ``mona retrechera'', había prometido a
 la fiscalía colombiana entregar pruebas que comprometerían a Samper en
 la financiación de la campaña presidencial con fondos del narcotráfico.
 Su esposo, Jesús Sarría, arrestado por cargos de enriquecimiento ilícito,
 es conocido como un jerarca de una religión afrocubana.

 Al preguntarle qué pensaba de todas estos maleficios, la ex primera
 dama respondió a la revista:

 ``Nosotros teníamos tiempo sólo para pensar en los vivos que nos
 estaban asustando''.
 

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