El Nuevo Herald
May. 04, 2004

La violencia marca el alma de Botero

GONZALO GUILLEN/El Nuevo Herald
BOGOTA

En un nuevo gesto de bondad hacia la cultura de su país, el reputado pintor colombiano Fernando Botero donó 23 óleos y 27 dibujos propios al Museo Nacional, en los que recogió escenas e imágenes emblemáticas de la violencia consuetudinaria en que se debate el país desde hace décadas.

Las piezas de la donación comenzarán a ser expuestas al público desde hoy, en Bogotá, en desarrollo del que ya es considerado el suceso plástico más importante del año en el país.

Habituado a tratar en sus pinturas los que él llama ''temas amables'', la donación sobre la violencia es una excepción a esa regla, en consideración a que, según dice ``Colombia me duele mucho''.

''Debo decir que el sentimiento que experimenté al pintar estos cuadros no es el mismo placer que siento pintando el mundo que normalmente yo pinto. Es otra sensación. El mismo hecho de proponerme, como artista, encontrar una imagen simbólica que refleje el gran drama de Colombia, significa un estado mental que no es grato sino doloroso. La reconstrucción artística del conflicto, que finalmente se reduce a unas cuántas imágenes o símbolos, es una necesidad que uno siente de no vivir de espaldas a esta situación'', explicó Botero.

Esos símbolos son, por ejemplo, la mujer que, al lado del cadáver de su marido, se postra de rodillas frente al homicida que encabeza la comisión de una masacre en una aldea andina indefensa.

O la mujer secuestrada. Desnuda, reza entre el minúsculo recinto de su encierro.

Matanzas, masacres, impiedad, secuestrados, desterrados, devastación, tristeza... Los símbolos y las insignias grotescas de la violencia y de la guerra que degradan a Colombia días tras día, están presentes en esta donación.

Aunque el Museo por ahora no tiene espacio suficiente para mantener colgada permanentemente la exposición en sus salones de Bogotá, ''una vez finalice la exposición, puede y debe prestar esta nueva colección a otros museos de provincia. Se ha preparado ya una gira por Bucaramanga, Ibagué, Cartagena, Cali y Barranquilla. Siempre da más placer dar que recibir y me encanta la idea de que esto se vea en toda Colombia'', explicó Botero, de 72 años de edad.

El propio artista reconoce que sus imágenes de la violencia y de la guerra colombianas, equivalen al dolor que expresaron Picasso en su Guernica o Goya con Los Fusilamientos del 2 de mayo.

La donación que comenzará a ser expuesta desde hoy ya ha sido mostrada en México, Suecia, Dinamarca, Holanda y Francia.

Otra donación anterior asociada a la violencia fue hecha por Botero a la Casa de Moneda del Banco de la República, en Bogotá, donde permanece colgada durante todo el año.

Otro obsequio de Botero a Colombia, quizá el más esplendoroso de todos, se encuentra en Medellín, su ciudad natal. En la edificación restaurada del que fuera un sanatorio público, permanecen centenares de obras del pintor, de todas las épocas, y los alrededores del lugar están flanqueados con esculturas monumentales en bronce que llegaron para quedarse en esa ciudad tras haber recorrido plazas y avenidas de Asia, América y Europa.

''Mi país tiene dos caras. Colombia es ese mundo amable que yo pinto siempre, pero también tiene esa cara terrible de la violencia. Entonces, en cierto momento tengo que mostrar la otra cara de Colombia'', sostiene Botero.