El Nuevo Herald
Aug. 22, 2004

La ciudad perdida de Andy García

OLGA CONNOR / Especial para El Nuevo Herald
SANTO DOMINGO

Ya todo está recogido: maletas, camiones, trailers, cámaras y todos los vestuarios de la película Lost City / La ciudad perdida, de Andy García, que se filmó en esta ciudad durante mes y medio con actores y productores de reconocida fama.

Entre otros, participaron en la cinta Bill Murray, Dustin Hoffmann, Inés Sastre y el productor Frank Mancuso Jr., que fueron invitados, más bien instigados, por Andy García a contribuir, con sueldos a escala de sindicato, en la realización de un sueño.

La cinta no estará lista hasta que se filmen las escenas de Nueva York durante el invierno y hasta que se editen los miles de pies de cintas cinematográficas Kodak que enviaba puntualmente su distribuidora, la cubana miamense Rosa Gold. Pero por primera vez en la historia de Hollywood esta vez se quiere presentar una imagen fiel de los sucesos en La Habana, Cuba, desde las luchas contra la dictadura de Fulgencio Batista en los 50 hasta la represión totalitaria que le siguió al instalarse Fidel Castro en el poder a principios de los 60.

En su debut como director de largometrajes, el cubanoamericano García se enfrenta con actitud casi quijotesca a la falta de apoyo de la industria. ¿Es que no le preocupan las corrientes procastristas del ambiente fílmico?

''Lo importante para mí es que exista la película, no me preocupa lo que diga la gente; en mi corazón sé que es la verdad'', afirmó entre escenas, en su trailer, instalado en una de las locaciones en un aeropuerto de Santo Domingo.

''Es una película basada en hechos históricos, y para contarla en dos horas hay que usar licencia poética, pero el que quiera desacreditarla es porque tiene su propia agenda, o no conoce los hechos'', añadió.

Por otra parte, no quiere que se piense que es una cinta para satisfacer al exilio cubano.

''Es una historia universal'', explicó el actor con 38 películas en su haber, que triunfó internacionalmente con Los Intocables y El Padrino III. ``Es una historia sobre un amor imposible y la tragedia de un exilio, que puede sucederle a muchas culturas en el mundo; pasa en Cuba, porque eso es lo que conozco, como imagino que (Martín) Scorsese hace cintas sobre los ítaloamericanos, porque es de origen italiano''.

Dicho esto, García reconoce que ninguna firma distribuidora en Estados Unidos ha querido asumirla.

''Me han rechazado todos los distribuidores norteamericanos por los últimos 16 años (el tiempo que lleva ideando la película), tres y cuatro veces en que la he presentado, con cambios o sin cambios. La consideran una cinta especializada'', explicó.

El piensa que es de la misma factura que El Padrino, la historia de una familia que atraviesa una serie de vicisitudes históricas, con acción, humor y tragedia, pero no ha podido convencerlos. En la industria del cine piensan que lo cubano es extranjero.

''Sin embargo, están equivocados'', puntualizó, ``porque hay una fascinación universal con el drama inherente a la isla y con la música cubana''.

Añadió que han conseguido a inversionistas en Estados Unidos ``que han puesto el dinero con las promesas (o contratos) de distribuidores en Europa''.

Apasionado con la música cubana desde niño, fue García quien redescubrió al bajista Israel López ''Cachao'' a principios de los 90. Por ese entonces se decidió a pedirle al novelista cubano residente en Londres Guillermo Cabrera Infante que le escribiera un libreto con la atmósfera de Casablanca, el estilo de El Padrino y la música de Cuba como protagonista.

Es conmovedora la escena, a lo Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, de la despedida entre los personajes principales, Aurora (Inés Sastre, el ''rostro'' de Lancome), y Fico (García), frente a un avión de los 50 pintado como los de Cubana de Aviación de la época, en un aeropuerto de Santo Domingo. El comentario de Joseph Drago, italoamericano coproductor y amigo de García desde que actuó con él en El Padrino III, fue que ``muchas escenas en la cinta son una forma de homenaje de Cabrera Infante al cine clásico''.

El rodaje en todas las calles de Santo Domingo, y en edificios históricos mantuvieron a los dominicanos a la expectativa, con la presencia de actores favoritos y de un gran reparto estelar, que incluye al dominicano Juan Fernández, y a los cubanos Tomás Millián, Steven Bauer, la bailarina Lorena Feijoo del Ballet de San Francisco, Rubén Rabasa, Néstor Carbonell, Víctor Rivers y Enrique Murciano.