Prensa Libre (Guatemala)
2 de noviembre de 2001

Juicio en Cuba en recta final

Tres guatemaltecos acusados de introducir explosivos cuyo destino era colocarlos en hoteles y centros turísticos
 

Por Raquel Martori especial para Prensa Libre, agencia EFE /.-Dos hombres y una mujer guatemaltecos acusados en Cuba de "terrorismo" podrían enfrentar penas de entre 20 y 30 años de cárcel, si son declarados culpables, pese a que han declarado su arrepentimiento y colaborado en la investigación de los hechos.

María Elena González Meza de Fernández, su esposo Jazid Iván Fernández Mendoza y Nader Kamal Musalam Barakat, fueron detenidos en marzo de 1998 en La Habana; ella, tras su llegada, y ellos no pudieron traspasar el umbral del aeropuerto internacional de la isla.

Los tres comenzaron a ser juzgados ayer en la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado en el Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana, ante el cual comparecieron en la primera sesión de juicio, al que tuvo acceso la prensa.

 Durante la vista, se escuchó a peritos, testigos y a los tres acusados. Se espera que hoy finalice el juicio, tras la presentación de conclusiones y los alegatos de la defensa.

Penas de 20 a 25 años prisión

La Fiscalía cubana, que ha pedido 20 años de cárcel para González Meza, 25 para Fernández Mendoza y 30 para Musalam Barakat, en sus conclusiones provisionales consideró responsables a los encartados por concepto de autores de un delito de terrorismo.

El embajador de Guatemala en La Habana, Hugo Guzmán, dijo a la Prensa que el delito por el que han sido acusados los tres ciudadanos de su país "es cometido por particulares, civiles, en contra de las leyes cubanas, y no un litigio de Estado versus Estado, por lo cual "no tiene por qué perjudicar las relaciones diplomáticas" con Cuba. El diplomático asistió a la vista.

  González Meza, de 57 años, la primera en ser presentada ante el tribunal, declaró "que desde el 4 de marzo de 1998 a la fecha, ha vivido 1,300 días de pesadilla".

  Vistiendo el uniforme gris de las prisiones cubanas, María Elena, maestra de profesión, con dos hijas y tres nietos, manifestó que antes de su viaje a Cuba tenía una
  "clientela fija" para los servicios que prestaba como cartomántica en su casa, en Ciudad de Guatemala.

  Pruebas

  De acuerdo con los informes de la Fiscalía, a la ciudadana guatemalteca se le incautó entre sus pertenencias material para preparar artefactos explosivos, pero ella
  declaró que desconocía lo que contenían, aunque reconoció que había aceptado la proposición de traerlos, porque su mayor problema era de dinero.

  Lourdes Jol, quien representa de oficio a González Meza, indicó en un informe que su cliente "ha mostrado un profundo arrepentimiento, y colaboró con las
  investigaciones en el esclarecimiento de los hechos", por lo que consideró que "se le debe modificar la solicitud penal por una menos severa".

  Nader Kamal Musalam, de 31 años, quien portaba un pasaporte a nombre de Miguel Abraham Herrera Morales, dijo al tribunal que también había aceptado la propuesta del salvadoreño Francisco Chávez.

  Esta consistía de traer a Cuba la masa de explosivo plástico junto a placas interfases y detonadores enmascarada en botes de champú, desodorante y pasta dental
  por US$5,200 dólares.

  Reconoció que había recibido una sesión de entrenamiento, y que los artefactos explosivos tenían como destino ser colocados en tiendas de hoteles en Cuba, con el objetivo de "crear el pánico en la población".

  Arrepentidos

  "Fue un error que cometí", declaró, al mismo tiempo que aseveró sentirse "arrepentido y avergonzado", y "le pido mil perdones al pueblo de Cuba humildemente; creo que fue producto de mi inmadurez".

  Quince días después del arresto de González Meza, su esposo Jazid Iván Fernández Mendoza, de 30 años, fue arrestado, pero según su confesión, el motivo de su
  viaje a Cuba no era otro que "solucionar el problema de su esposa ante las autoridades cubanas", a quien supuestamente le habían robado su documentación y
  equipaje.

  Aunque aseguró que no aceptó venir a la isla por dinero ni como portador de explosivos, sí admitió que había participado en su manipulación para ocultarlos. "No soy enemigo del Gobierno y el pueblo de Cuba”, expresó.

  “Como ser humano, me siento mal; he realizado una acción que pudo haber afectado a personas inocentes", declaró.

  De acuerdo con los exámenes de los peritos y la Fiscalía cubanos, Jazid Fernández estuvo en contacto con material explosivo para su embalaje en los frascos.

  Manifestó que su esposa quería el dinero que iba obtener por la citada operación para "arreglar problemas de salud".

  Los acusados mencionaron que habían recibido tratamiento médico y asistencia consular, así como ayuda para comunicarse con sus familiares, que les han visitado
  en este período previo a la celebración del juicio.

  Casos similares

  Dos ciudadanos salvadoreños, Raúl Ernesto Cruz León y Otto René Rodríguez Llerena, fueron condenados a la pena de muerte en marzo de 1999 por los tribunales cubanos, acusados de terrorismo. Su caso se encuentra pendiente de conocer la decisión del Tribunal Supremo sobre la apelación de oficio.

  Cruz León fue encontrado culpable por los tribunales de la isla, acusado de cometer atentados con bombas contra cuatro hoteles y un conocido restaurante habanero,  en uno de los cuales murió un turista italiano.

  El otro ciudadano salvadoreño, Rodríguez Llerena, fue condenado por colocar una bomba en un hotel de La Habana en agosto de 1997, la cual explotó sin causar
  víctimas; además, por intentar introducir en la isla más de un kilo y medio de explosivos.

  En el caso de Guatemala, se vincula en la operación terrorista a Ramón Medina -identidad falsa de Luis Posada Carriles, detenido a Panamá-, Arnoldo Monzón y a otra  persona conocida sólo como “señor de New Jersey”, según consta en el expediente del proceso contra los tres guatemaltecos.