Granma Diario
Septiembre 4, 2003

Mala sorpresa para Posada y Remón

                JEAN-GUY ALLARD
                Enviado especial

                PANAMÁ, 3 de septiembre.— Para la reapertura, después de 9 meses de
                suspensión efectiva, de su audiencia preliminar ante el Juzgado Quinto Penal
                de Panamá, el abogado Julio Berrios, representando a la Central de los
                Trabajadores de Panamá, reservaba una sorpresa a Posada y Pedro Remón. El
                bien conocido jurista reveló que depositaba, ayer mismo, una querella en contra
                de las autoridades carcelarias ante el fiscal anticorrupción de la República, con
                motivo de las innumerables entrevistas con la prensa autorizadas por la
                dirección de la cárcel El Renacer.

                Desde los jardines de la institución, con vista al Canal de Panamá, o dentro de
                la lujosa oficina del propio director, Ricardo Apu, los dos terroristas
                internacionales, a veces acompañados de sus cómplices Gaspar Jiménez y
                Guillermo Novo, han desarrollado, en el curso de los últimos meses, una
                verdadera campaña de prensa que se reflejó en una veintena de reportajes en
                distintos medios de comunicación de Florida, El Salvador y Panamá.

                Beneficiándose de condiciones de detención totalmente distintas de las de los
                demás presos de la nación istmeña, los cuatro connotados matones de la
                mafia miamense están autorizados, señala el documento del abogado Berrios,
                a que "utilicen celulares, hagan y reciban llamadas internacionales, reciban
                constantes visitas de supuestos familiares y miembros de las organizaciones
                de exiliados cubanos con sede en Miami, privilegios estos que no tienen los
                detenidos panameños".

                La querella denuncia que tanto el director Apu como su jefa, Concepción Corro
                del Tello, directora general del sistema penitenciario panameño, han permitido
                que los cuatro criminales de la larga y sangrienta trayectoria hagan
                "declaraciones a medios televisivos y escritos tanto nacionales como
                extranjeros, con contenido político y atacando al Gobierno de la República de
                Cuba con el cual mantenemos relaciones comerciales, diplomáticas, de
                cooperación y amistad".

                Estas autorizaciones, indica el documento, fueron dadas "en abierta
                extralimitación de funciones y abuso de autoridad".

                REMÓN PIERDE SU ARROGANCIA

                Aparentemente muy seguro de sí cuando llegó frente al tribunal con Posada y
                sus otros cómplices, Pedro Crispín Remón perdió repentinamente su
                arrogancia cuando la secretaria de la Corte hizo la relación de sus crímenes, al
                efectuar la lectura de la vista fiscal. Todas las miradas de las personas
                presentes se orientaron hacia él cuando se mencionó cómo, en New Jersey,
                había ejecutado fríamente con su ametralladora MAC-10 al cubano-americano
                José Negrín, ante los ojos de su hijo de doce años. La cara del terrorista se
                enrojeció bruscamente cuando se mencionó cómo había sido horrorizada la
                comunidad cubano-americana de New Jersey al ser revelados los detalles del
                crimen.

                Vestidos de trajes y corbatas —Posada se puso elegante, usando un traje
                color hueso— los cuatro individuos se parecen a prósperos negociantes, en la
                primera fila de los asientos reservados a los acusados. Atendidos con una
                insuperable amabilidad por sus guardias, se permitieron levantarse, antes de la
                apertura de la audiencia, para conversar libremente con elementos como el
                terrorista miamense Ignacio Castro-Matos y otros elementos que ocupan los
                primeros asientos de la sección de la sala más cercana al espacio de los
                inculpados.

                En el medio de la audiencia, cada uno solicitó satisfacer sus necesidades
                fisiológicas y salió de la sala durante varios minutos mientras se proseguía la
                lectura de las 175 páginas de la Vista Fiscal Número 200, que resume el
                contenido de los 45 tomos de documentos depositados ante el tribunal. Esta
                lectura ocupó el día entero de ayer, en esta sala relativamente pequeña
                —menos de 100 asientos— cuyas ventanas han sido tapadas con bandas de
                papel para evitar que los camarógrafos hagan imágenes de los acusados a
                través de las rejas. Algo un poco paradójico, cuando se autoriza a los mismos
                individuos a recibir a la prensa en sus apartamentos carcelarios.

                LA VERDADERA CARA DE CUATRO "INOCENTES"

                Sin embargo, la lectura del enorme documento, aunque a veces aburrida, ha
                permitido al público presente darse cuenta de la verdadera identidad de estos
                cuatro señores que proclaman obsesivamente su inocencia. Se supo así cada
                elemento de los antecedentes penales en Estados Unidos de cada uno de los
                cuatro personajes, a través de una relación entregada por la propia Embajada
                de ese país a solicitud expresa de las autoridades judiciales panameñas. Ahí,
                como también en documentos desclasificados del FBI que se señalaron,
                aparecieron varios antecedentes poco conocidos de Posada, las ejecuciones
                realizadas por Remón por cuenta de Omega-7, las actividades conspirativas de
                Novo y las maniobras de Jiménez para escapar a la justicia mexicana.

                El documento describe con un gran número de detalles los varios movimientos
                efectuados por los cuatro conspiradores principales de este complot, entre
                Costa Rica y Ciudad de Panamá, desde la finca de Jacu del también terrorista
                José Valladares, en Chiriqui, a seis kilómetros de la frontera costarricense
                hasta el aparthotel Coral Suite, en la capital, donde los sorprendió la policía.

                La vista señala cómo cada uno de los terroristas se negó obstinadamente a
                someterse a la prueba de ADN que establecería de manera categórica e
                indiscutible, según los peritos de la policía técnica judicial, el lazo entre ellos y
                los explosivos descubiertos en el carro alquilado por el propio Posada.

                En fin, todas las personas presentes se aprendieron cada detalle de la
                fabricación del artefacto explosivo concebido por Posada y sus cómplices
                desde el radio control de fabricación taiwanesa hasta sus pilas de marca
                Duracell, el conjunto habiendo sido montado "con mucho conocimiento por un
                profesional de los explosivos", según el autor de un informe técnico.

                Entre otros detalles, se supo que las 33,4 libras de explosivos C-4 fueron
                recuperadas en una maleta promocional llevando, irónicamente, el logo del
                Miami Herald.

                También se supo cómo, de común acuerdo, los cuatro sospechosos repitieron
                constantemente su cuento según el cual iban a ayudar a una importante figura
                de la Seguridad cubana a "desertar".

                ¡LA SOLIDARIDAD, PRESENTE!

                La pequeña tropa de los terroristas miamenses, dominada por Castro Matos
                —un febril cómplice de Posada en las sangrientas operaciones represivas de
                este en Venezuela y El Salvador— está compuesta por Reinaldo Peñalver,
                Jorge "Güiro" Borrego, Sergio Díaz y las respectivas esposas de Posada, Novo
                y Jiménez. Desde su llegada, se reúnen en el lobby del Hotel Ejecutivo donde
                celebran sesiones de autocomplacencia.

                A su salida de la sala del tribunal, ayer, la quincena de miamenses tuvo que
                enfrentar a unos 200 manifestantes de la solidaridad, con decenas de
                banderas, quienes les repitieron enérgicamente unos lemas cuyo mensaje no
                podía ser expresado con más claridad...

                Las cámaras de una docena de cadenas televisivas registraron para la difusión
                aquellos momentos. Los representantes de la mafia terrorista de Miami tuvieron
                la oportunidad de darse cuenta de que el pueblo panameño nunca tolerará que
                se use su territorio para cometer fechorías en contra del hermano pueblo
                cubano.

                La audiencia preliminar continuará mañana y se extenderá, según varios
                abogados presentes, hasta el viernes.

                Interrogado sobre su valoración de la sentencia que pudiera recibir Posada
                después del juicio, Rogelio Cruz, el abogado contratado por la cúpula de Miami
                para defender a sus protegidos, situó a siete años de cárcel la eventual
                condena.

                Parece que Miami, de verdad, ha dejado de ilusionarse.