por Obed Betancourt, Redactor El Vocero

Un ex alto funcionario cubano, ahora disidente, que tenía acceso a los más altos niveles de la Inteligencia y Ejército cubanos, vinculó al Gobierno de Cuba con
acciones del Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños - Ejército Popular Boricua (PRTP - EPB - Macheteros).

Norberto Fuentes, escritor y ex combatiente internacional en Africa, relata en una parte de su libro "Dulces Guerreros Cubanos" (Editorial Seix Barral, segunda
edición, noviembre 1999) que al coronel cubano Antonio (Tony) de la Guardia le fue encomendada la muerte de Aldo Vera, disidente cubano radicado en Puerto
Rico. Esta se efectuó en San Juan a mediados de los años 70 por un miembro de Los Macheteros apodado "el Artillero".

Recientemente, el ex agente de Inteligencia de Cuba Jorge Ricardo Massetti reveló en su libro "El Furor y el Delirio: Itinerario de in Hijo de la Revolución Cubana"
(Editorial Tusquets, 1999) que el asalto a la Wells Fargo, por el que los Macheteros obtuvieron un botín de sobre $7 millones, fue financiado inicialmente con
$50,000 provenientes de Cuba, además de asesoría de comunicaciones, logística y el escape a Cuba con parte del botín (en valija diplomática) del miembro del
PRTP-EPB, Víctor Gerena, quien utilizó un pasaporte aargentino falso fabricado por Masetti.

Fuentes señala que luego de que el 6 de octubre de 1976 un avión de Cubana de Aviación estallara en el aire con 73 deportistas a bbordo, en un vuelo entre
Barbados y Cuba, este país le encomendó a De La Guardia la tarea de vengar el asesinato.

"Aldo Vera, un infatigable contrarrevolucionario señalado como uno de los responsables del estallido, por una bomba, de un avión de Cubana acabado de despegar
del aeropuerto de Barbados... provocó que todas las miradas en el Gobierno cubano se posaran en Tony, y no le quitaron la atención de arriba hasta que Tony se
las agenció para que un militante ("El Artillero") de Los Macheteros, el grupo revolucionario boricua, desde el asiento trasero de una moto, acelerada a tope por
otro, desenfundara su Magnum y le vaciara el pecho a Aldo Vera con cinco impecables disparos por la espalda, acción a plena luz del día en San Juan, que luego
Tony se encargaría de reivindicar en La Habana como de la ejecución de su propia mano, y no como uno de sus coordinadores."

Mas adelante, en una nota a pie de página, Fuentes agregó nueva información sobre los hechos. "Tampoco Aldo Vera había sido, en verdad, una figura descollante
en la preparación del atentado al avión. Si se le señalaba en Cuba como el "hit man" que atentara contra la vida de Emilio Aragonés, el embajador cubano en Buenos
Aires, operativo que se llevó a cabo pero sin que lograra asesinar al entonces diplomático. Muy peligroso Aldo Vera Serafín, y bien conocido por los servicios
cubanos, puesto que había sido uno de los más audaces hombres de acción del Movimiento 26 de Julio en La Habana, la organización clandestina del movimiento
revolucionario de Fidel Castro en la época de la lucha contra Fulgencio Batista, a fines de los cincuenta".

Fuentes añade que "de cualquier manera, la hipotética ejecución de Aldo Vera a manos de Tony significó para mi amigo la mayor cantidad de muestras de afecto y
temerosas reverencias apenas hacía acto de presencia en cualquiera de los salones habaneros que todas las otras acciones de su carrera militar. Ninguno de los
Macheteros le sacó tanto jugo a ese ajusticiamiento (aunque en verdad fue un oficial de las Tropas Especiales, el entonces mayor Israel Gomez Rodriguez -Quero-
el encargado de coordinar directamente con los Macheteros)."

Fuentes era amigo de los mellizos Tony y el general Patricio de la Guardia, así como del general y héroe de guerra Arnaldo Ochoa. Tony y Ochora, así como los
altos funcionarios Amado Padrón y Jorge Martinez, fueron fusilados por ordenes de Castro.

Patricio fue condenado a 30 años de cárcel. Otros oficiales de MC fueron condenados a cárcel.

MC ("moneda convertible") era una división secreta de Castro que traficaba con todo tipo de productos, inclusive drogas. Al ser descubierto y denunciado internacionalmente, Castro se distanció de la división y ordenó la ejecución de sus ex-combatientes.