VIVIAN SEQUERAN / AP

PLAYA GIRON

De demoledora belleza, el paisaje luce como un tentador aviso turístico para la
promoción de balnearios caribeños.

El mar azul turquesa acaricia la blanca arena, donde descansan perezosos
turistas sorbiendo daiquirís. Son las mismas aguas y arenas que, hace 40 años,
sirvieron de escenario a uno de los capítulos más dramáticos de la pugna entre
Washington y La Habana: la invasión de Bahía de Cochinos.

Fueron tres días de combates que culminaron el 19 de abril de 1961 en el
fracaso de la invasión y en el bochorno para sus organizadores de la Agencia
Central de Inteligencia.

La victoria solidificó internamente al gobierno de Fidel Castro, quien --en un
discurso pronunciado apenas 24 horas antes de producirse el desembarco en
bahía de Cochinos-- confesó por primera vez que su revolución, en el poder
desde hacia 16 meses, era socialista.

Cuatro décadas después de aquella jornada, Cuba aspira a que varios de los
protagonistas retornen, o vean por primera vez, las doradas arenas de bahía de
Cochinos: encontrarse para conversar como viejos y respetuosos contrincantes.

La lista de invitados, mantenida hasta ahora bajo reserva, abarca desde políticos
e historiadores hasta ex funcionarios de la CIA y miembros de la unidad de
desembarco.

La insólita cita, señalada para los días 22 al 24 de marzo, ha sido organizada
por el gobierno en ocasión del 40 aniversario del desembarco.

Pero los invitados a la llamada ``Conferencia Internacional: Girón 40 años
después'', procurarán intercambiar información, discutir los antecedentes que
engendraron el desembarco, y las consecuencias que el mismo tuvo en las
relaciones bilaterales de Cuba y EU.

Otros, sin embargo, ven en la cita ``una maniobra propagandística de Castro, un
intento por dividir a la comunidad (cubana) en el exilio, un último ¡viva! de un
anciano'' gobernante, asegura Jaime Suchlicki, director del Instituto para
Estudios Cubanos y Cubano-Norteamericanos de la Universidad de Miami.
``Para nosotros este 40 aniversario de Bahía de Cochinos es un motivo más para
ratificar nuestra posición intransigente de no dialogar'' con Castro, agregó.