El Nuevo Herald
1 de mayo de 2001

Los paras en la lista negra del terrorismo

GONZALO GUILLEN y GERARDO REYES
El Nuevo Herald

Duros reveses políticos y militares a nivel nacional e internacional sufrió en las
últimas horas el movimiento de Autodefensas Campesinas de Colombia
(AUC), una temible organización armada de unos 8,000 hombres que recientemente fue
acusada de perpetrar una de las más sangrientas masacres en la historia del
conflicto colombiano.

Mientras en Washington los paramilitares eran colocados en la lista negra del
terrorismo internacional, la embajadora de Estados Unidos en Bogotá Anne W.
Patterson, aseguró que tiene razones para creer que el jefe del paramilitarismo, Carlos
Castaño es un narcotraficante y no descartó la posibilidad de que el gobierno
estadounidense se siente en la mesa de negociaciones con los grupos guerrilleros.

A pocas horas de las declaraciones de la diplomática, las Fuerzas Armadas de
Colombia capturaron, en un hecho sin antecedentes, a 59 presuntos integrantes
de esos grupos, según informó el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez.

La semana pasada el golpe a los paramilitares lo dio el subsecretario para
asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Peter Romero al cerrar las
puertas a una propuesta de Castaño de entregar a la justicia de Estados Unidos
un grupo de poderosos narcotraficantes.

En entrevista al diario El Espectador, Patterson, dijo que su gobierno cree que
Castaño es un narcotraficante y que las izquierdista Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), también ``están hasta aquí (el cuello) en el
narcotráfico''.

Reveló que existen procesos judiciales de narcotráfico en Estados Unidos contra
miembros de las FARC pero advirtió que no está autorizada para hablar de ello y
agregó: ``Si una persona es narcotraficante, no nos importa que sea miembro de
las FARC o de los paramilitares, vamos a tratar de llevarlos a la justicia
americana, hasta la extradición''.

En cuanto a las AUC Aseguró que ``si él (Carlos Castaño) está involucrado en el
narcotráfico, y creemos que sí, vamos a hacer lo que necesitemos para llevarlo a
la justicia de los Estados Unidos''.

Entre tanto, en Washington, los paramilitares colombianos fueron integrados
--junto a las guerrillas izquierdistas de las FARC y el ELN-- a la lista de grupos
terroristas confeccionada anualmente por Estados Unidos, cuya última versión
fue divulgada este lunes por el secretario de Estado, Colin Powell.

``Los grupos paramilitares de derecha siguen creciendo y expandiendo su
influencia en el 2000, principalmente en las zonas productoras de coca del sur
de Colombia. Además de asesinar civiles en su tentativa de socavar las áreas de
influencia de las FARC y el ELN, secuestraron a siete parlamentarios en
diciembre pasado, pidiendo negociaciones con el Gobierno'', señala el informe.

La decisión de Washington resultó más rápida de lo que la embajadora se
esperaba pues en la entrevista con el diario El Espectador, la diplomática dijo
que la inclusión en la lista tomaría tiempo.

Patterson sin embargo había dicho que la medida de agregar a los paramilitares
significa que ``que tendremos muchos más poderes bajo nuestra ley para atacar
a esos grupos terroristas, lo que significa que podemos atacar sus fuentes de
financiación, y que si alguien está involucrado en ese grupo, nuestra ley lo
perseguirá con mayor fuerza''.

En la misma lista se encuentran las FARC desde 1997.

La embajadora reveló las preocupaciones del gobierno de Estados Unidos en
relación con el involucramiento de las FARC en el negocio del narcotráfico.
Sostuvo que en la llamada ``zona de despeje'', 42,000 kilómetros cuadrados del
sur del país, los cultivos de coca han pasado de 6,000 a 9,000 hectáreas.

Además, aseguró que el general colombiano Mario Montoya, comandante militar
del Plan Colombia, ``ha encontrado a líderes de las FARC con recibos de
precursores (químicos), con los récords (grabaciones) de las transacciones''

``En cada evento que hemos visto en Putumayo, hemos descubierto una relación
entre las FARC y los narcotraficantes. Nos sorprendieron los vínculos tan fuertes
de las FARC con el narcotráfico''.

A pesar de estas evidencias, Patterson reveló que ``algún día'' su gobierno
participará en el controvertido proceso de paz que el presidente Andrés Pastrana
mantiene con esa organización desde hace tres años.

Hasta ahora Estados Unidos se ha negado a intervenir en las negociaciones y
ha condicionado su intervención a que las FARC entreguen a la justicia
estadounidense a los responsables del asesinato de un grupo de indigenistas
norteamericanos, cuyos cuerpos fueron abandonados en Venezuela.

Las FARC reconocieron su culpabilidad pero se niegan a entregar a los
asesinos. La embajadora, sin embargo, dijo que no hay evidencias de que la
segunda guerrilla colombiana (Ejército de Liberación Nacional, ELN) esté
vinculada al narcotráfico y reveló que es más fácil que su país intervenga en el
proceso de paz con esa organización a pesar de violentas oposiciones y
amenazas de los grupos paramilitares que han impedido su realización. Para la
embajadora, la posibilidad de un acuerdo de paz con el ELN ``es mucho más
fácil''