El Tiempo (Colombia)
Mayo 16 de 2002

Madres conmemoran 4 años de la mayor masacre 'para' en Barranca

                Ayer se reunieron más de 20 mujeres que siguen esperando a los desaparecidos de la matanza de 1998.

                Una de ellas es Norma Amador, quien cansada de recibir promesas y reclamar una respuesta sobre el paradero de
                su hijo desaparecido en la masacre del 16 de mayo de 1998, asegura que decidió entregarle el resto de su vida a
                la búsqueda de Dios, sin perder la esperanza de volver a ver a su hijo.

                Ella es la madre de Ricky Nelson García, uno de los 25 desaparecidos de la incursión paramilitar que dejó siete
                personas muertas, y que no deja de comentarse en la ciudad, pese a que ese grupo hace presencia en las
                comunas populares.

                Con la Biblia abierta y citando versículos de los libros de Daniel, Salmos y Corintios, la mujer, de 48
                años, explica que durante más de dos años agotó todos sus esfuerzos y lágrimas, rogando ante los
                organismos del Estado para que le dieran razón de su hijo.

                "Desde que se lo llevaron me entregué al Señor. Le he pedido mucho a Él para que me dé una luz de
                esperanza, para que en un sueño me revele algo de nuestro hijo y lo ponga en mi camino", confiesa
                ella, que el 7 de agosto pasado recibió el bautismo de la iglesia evangélica.

                Su hijo, que tenía 25 años en el momento de su desaparición, fue interceptado esa noche por los
                'paras' en el barrio 9 de Abril. Ricky regresaba en moto del trabajo, en compañía de Wilson Pacheco,
                a quien también se llevaron. El joven estaba casado y era padre de tres niños.

                Además de soportar la incertidumbre de cuatro años de angustia, Amador tuvo que enfrentar la
                muerte de su esposo, Francisco García Peña, asesinado el 20 de mayo pasado, en hechos que aún
                investigan las autoridades.

                Tras la desaparición de su hijo, García Peña se convirtió en uno de los mayores activistas que
                denuncian ante los organismos del Estado los hechos del 16 de mayo del 98. El cuerpo sin vida de
                'Pacho Peña', como lo conocían, fue encontrado frente al Estadero El Tiburón, en la vía que conduce
                desde el As de Copas hasta El Retén, por la salida a Bucaramanga.

                Después de aquella noche macabra, se dijeron muchas cosas sobre los desaparecidos: que los
                mataron y sus cuerpos fueron arrojados al río Magdalena, que los habían echado a una fosa de
                caimanes y, por último, que habían sido incinerados.

                Hace pocos meses, al puesto de salud donde trabaja Amador llegó un amigo con una noticia que le
                devolvió la ilusión. Le juró haber visto a su hijo en Lebrija (Santander), junto a Gary Pineda, otro
                desaparecido, y varios hombres que no reconoció. También le dijo que luego se montaron en una
                camioneta de cuatro puertas y que tomaron rumbo hacia Bucaramanga.

                Con la misma incertidumbre permanecen otras 23 madres barramejas. Luciendo el verde esperanza y
                un cirio en la mano, las mujeres se reunieron ayer, en busca de una oración que les permita aguantar
                una situación que desde hace cuatro años no las ha dejado vivir en paz.

                En qué va la investigación

                Mientras algunos familiares de las siete personas asesinadas y 25 desaparecidas esperan una
                indemnización, el 17 de abril del 2001 fueron separados del Ejército el capitán Oswaldo Prada
                Escobar, el teniente Antonio Enrique Daza Camargo y el subteniente John Héctor Guzmán Santos.
                Además, se le abrió investigación al mayor Carlos Eduardo Avendaño.

                La Fiscalía cerró la investigación penal el 11 de mayo del año pasado y dejó pendiente el inicio de los
                juicios contra los presuntos paramilitares Álvaro Noriega, alias 'Chamuco', Graciliano Alarcón León y
                Mario Jaimes Mejía, alias 'El Panadero', sindicados de ser los autores materiales de la masacre.

                Por el mismo caso se le tiene abierto un proceso al cabo Rodrigo Pérez Pérez. En el Tribunal
                Contencioso Administrativo de Santander avanzan 33 demandas contra el Estado.

                Arturo Peñaloza P.
                Barrancabermeja
                Corresponsal de EL TIEMPO