El Nuevo Herald
4 de agosto de 2001

Exodo masivo tras choques entre 'paras' y las FARC

HABITANTES DEL poblado de Alejandría, en el noroeste de Colombia, huyen el viernes después que intensos choques entre los paramilitares y las FARC dejaran decenas de muertos en la zona.

 Reuters
 ALEJANDRIA, Colombia

 Una nube de buitres rodeaba el jueves los cadáveres en descomposición de unos 30 combatientes de la guerrilla izquierdista y paramilitares de ultraderecha muertos en intensos combates en esta zona montañosa del noroeste del país.

 La macabra escena, presenciada por un testigo de Reuters, se registró a 17 kilómetros del pueblo de Alejandría, en el departamento de Antioquia, donde el miércoles rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y un grupo de paramilitares combatieron por 15 horas.

 Los campesinos de la zona, que huyeron sólo con su ropa puesta y dejando sus pertenencias y animales para poner a salvo sus vidas, dijeron que en los combates
 murieron al menos 60 combatientes por ambas partes.

 El alcalde de Alejandría, Iván de Jesús Agudelo, dijo que debido a los combates más de 270 campesinos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, huyeron en calidad de refugiados hasta ese pueblo.

 Todos los cuerpos permanecían sobre una carretera de tierra, en medio de montañas o cerca de riachuelos. Tenían prendas de camuflaje, múltiples impactos de bala y estaban en diferentes posiciones.

 En la región en donde se registraron los combates se encuentran cuatro casas campesinas construidas con ladrillo y cemento y una escuela donde estudian los niños
 de la zona y en la que se reunían frecuentemente los paramilitares.

 Pese al silencio de las pocas personas que se encuentran en la región después de los choques armados, algunos admitieron que los paramilitares, que combaten con
 violentos métodos como el decapitamiento a los guerrilleros y a sus simpatizantes, tenían una base de operaciones en el lugar.

 Sobre una de las paredes de una construcción se lee un aviso pintado por lo paramilitares que dice: ``Guerrilleros abandonen sus armas que se las compramos''.

 Una niña de 12 años relató que su padre fue retenido por uno de los dos grupos armados que participó en los combates para que evacuara heridos y horas después fue dejado en libertad y regresó a su casa.

 La zona de los combates es rica en recursos hídricos y hasta hace unos años fue un importante polo turístico.

 Desde las montañas donde permanecen tirados los cuerpos se observan los cafetales con sus granos maduros a punto para recolectar.

 Al área de los combates no han entrado ni el ejército ni la Cruz Roja, y este organismo humanitario sólo lo hará cuando haya condiciones de seguridad que le permitan evacuar a las víctimas, informó el alcalde de Alejandría.

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